jueves, 9 de abril de 2009

Como hemos mencionado anteriormente, el nacionalismo fue la corriente ideológica que reinó en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. Junto con la Paz Armada, podrían ser mencionados como los antecedentes más representativos de la misma, pues en estos engloban tanto los intereses económicos como políticos que las naciones experimentaron. Pero, para poder entenderlo primero debemos definir qué es el nacionalismo exactamente.

Según la Enciclopedia Wikipedia en su apartado de Wikiquotes se lo de fine como: Doctrina o filosofía política que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos y que propugna como valores el bienestar, la preservación de los rasgos identitarios, la independencia , la gloria y lealtad a la considerada como nación propia. Cobró relevancia a finales del siglo XVIII y alcanzó su apogeo en el siglo XX.

Observamos que se lo denomina de tipo exactamente político, pero al profundizar esta definición, encontramos la palabra valores, la misma que está directamente relacionada con la moral y la ética, las mismas que además de ser adquiridas en base al entorno de un individuo, son definidas por cada ser según su opinión. Así que, vemos que además de haber sido un cambio político, influyó tanto social como ideológicamente.

Es oportuno que analicemos algunos de los nacionalismos previos a la guerra más representativos, así que tomaremos como modelo a cuatro nacionalismos, el francés, el serbio, el alemán y el polaco.

Nacionalismo Francés:
Este se caracterizó por haber mostrado sus derrotas como verdaderas victorias, lo mismo que le proporcionaba confianza a su gente y les daba un aire de superioridad (aunque fuera falsa) que incrementaba su seguridad.


Este es el caso de Alsacia Y Lorena, territorios que perdieron el control de Francia tras la Guerra franco-prusiana en 1870, y pasaron a manos de los alemanes. Después de terminada la Primera Guerra Mundial, Francia volvió a hacerse con estas tierras y así demostró su “poderío”, pero en el entretiempo, los franceses nunca se mostraron negativos ante la pérdida de Alsacia y Lorena.


Nacionalismo Serbio:
Este se vio en su mayor apogeo en la época de la Crisis Balcánica (1912 – 1913), pues el reforzar su confianza y hegemonía en la zona de los Balcanes les aseguraría el apoyo de otras naciones como fueron las pertenecientes a la Gran Liga Balcánica (Grecia, Bulgaria, Montenegro y obviamente Serbia). Además, fue este el causante del incidente de Sarajevo, pues el estudiante que asesinó al heredero del trono austriaco, era integrante del movimiento nacionalista “Mano Negra”. El mismo que al igual que muchas otras entidades secretas nacionalistas, tenía estrecha relación con el paneslavo (“Movimiento que ansía la unión cultural, religiosa y política de los países eslavos de Europa en una sola institución política.” Wikipedia), por lo que, estaban en contra de cualquier actitud imperialista que pudiera violar su independencia.


Debido a las reiteradas acciones en contra de los austriacos, el nacionalismo en Serbia vino acompañado de terrorismo, el mismo que era tomado en cuenta como una medida de moderación política.


Nacionalismo Polaco:
Este no fue utilizado para atraer a otras naciones o para demostrar su hegemonía, este fue patentado para defender su cultura y tradiciones. Dado que desde hace un siglo que tanto Prusia como Rusia y Alemania pretendían invadir Polonia y apoderarse de su territorio, los polacos tomaron al nacionalismo como un mecanismo de defensa de lo suyo. Fue así como mantuvieron su idioma y costumbres.


Nacionalismo Alemán:
Quizá el ingrediente que comenzó con lo que se le conocería como el “Sarampión del siglo XX” (Nacionalismo) fue la superioridad y ambición de poder alemán. Del mismo modo, el suceso que daría paso al nacionalismo en Alemania sería su unificación en 1871. Pero no fue un camino fácil, pues para que Alemania fuera declarada un mismo territorio tuvo que pasar por tres guerras:

>Guerra de los Ducados 1864
>Guerra Austro-Prusiana 1866
>Guerra franco-prusiana 1870: Es cuando se da la unificación de Italia y Alemania. Además, nace el Imperio Alemán bajo el mando de Guillermo I y los alemanes se hacen con los territorios de Alsacia y Lorena.

Sin embargo, debemos tomar como el personaje más influyente en cuanto al nacionalismo alemán al Canciller y héroe nacional, Otto von Bismarck (padre de los sistemas Bismarckianos). Quién además de haber sido el “cerebro” detrás del Káiser Guillermo II, fue quien impulsó el sentimiento nacionalista en Alemania. También, fue el encargado de formar alianzas para así evitar enfrentamientos y comenzó con la Kulturkampf (Guerra cultural) en la misma que se mostró en contra de los católicos y polacos. Pero sin duda lo que lo llevó a su afamada popularidad entre los alemanes fue su apoyo al proletariado, el mismo que bajo su sistema, recibió seguridad social, salud, educación, vacaciones y muchos otros beneficios dignos de cualquier trabajador.





CANCILLER ALEMÁN OTTO VON BISMARCK