lunes, 6 de abril de 2009

La Guerra Relámpago, o Guerra de Movimientos.

Después de haber profundizado acerca de los eventos que provocaron el estallido de la Gran Guerra, es preciso analizar qué es lo que estos antecedentes desencadenaron. Claramente, al tratarse de la Primera Guerra Mundial, lo que seguiría, sólo sería sufrimiento y destrucción, no sólo por parte de la población, sino también, por parte de los soldados y de las naciones en sí.

De este modo, el 3 de agosto de 1914, Alemania declaró la guerra a Francia debido a que los franceses se negaban a permanecer neutrales. Fue allí cuando comenzó la llamada Guerra Relámpago, la misma que no cumplió con su objetivo, pues esta fue todo menos “rápida cual relámpago” dado que no terminaría hasta finales del año de 1918.


También llamada la Guerra de Movimientos, esta se caracterizó por precisamente lo que su nombre indica, esta comprendió la movilización de diversas tropas, tanto pertenecientes a los Aliados, como a los Imperios Centrales. Esta se dividió en dos extensas zonas de combate, ambas fronterizas con Alemania. Al oriente, se estableció el frente oriental, el mismo que contraponía a Rusia con Alemania y con Austria-Hungría. Mientras que al occidente se abrió el frente occidental, el cual enfrentaba a Francia y Gran Bretaña con los germanos.


Esto significó tres cosas, la primera, la creación de un completo panorama de violencia y enemistad, pues Alemania se vio rodeada de enemigos. La segunda, la proclamación de Alemania como el contrincante de las grandes potencias europeas, Rusia, Gran Bretaña y Francia, es decir, la Triple Entente. Pero la tercera, sería la que cambiaría la historia, pues esta comprendería el poner en acción el Plan Schlieffen.



Pero, ¿En qué consistía el Plan Schlieffen? Este movimiento estratégico, ideado en 1905 por el general alemán Alfred Von Schlieffen, consistía en trasladar sus tropas hasta París, ya que al ser la capital de Francia, albergaría el poder político y sería la emisora de órdenes. Planteaba la posibilidad de cumplir con este objetivo, atravesando Holanda y luego Bélgica para invadir a Francia por el Norte.



Sin embargo, al dejar el mando del ejército un año más tarde, Von Schlieffen fue sustituido por Helmuth von Moltke, quien propuso atravesar Bélgica directamente sin entrar en Holanda, teniendo en cuenta que era un país neutral que no se negaría a dejar pasar a las tropas. Así, los soldados eficientes (el 90% de las tropas) avanzarían desde el norte hasta el frente occidental y los restantes llamados “reservas” se dirigirían hacia el frente oriental para combatir con los rusos. Pues sería conveniente derrotar rápidamente a los franceses para después de poco tiempo dirigir tanto a los soldados experimentados como al 10% de “reservas” hacia Rusia y así poder derrotar al extenso pero inexperto ejército ruso.


Al llegar a Bélgica, las tropas germanas fueron sorprendidas ante la resistencia presentada por este país neutral. No obstante, Alemania ignoró la oposición y continuó con su plan inicial. Bélgica, al encontrarse invadida por los alemanes, fue ayudada por los ingleses y sus Fuerzas Expedicionarias. Llevando a que Gran Bretaña declare oficialmente la guerra a Alemania. De este modo, al defender a Bélgica y no permitir el paso de los germanos, previene una posible invasión alemana al territorio inglés, a través de Francia. Además, muestra cualidades dignas de un aliado fiel, el defender, apoyar y pelear por sus partidarios (en este caso evitando el ingreso a Francia). Como resultado, revive la enemistad que siente hacia Alemania después de que esta casi le arrebatara su título de Gran Potencia Económica.


Paradójicamente, aunque el reconocido Plan Schlieffen parecía estar funcionando, los alemanes se vieron en aprietos al llegar a Francia (después de burlar a las tropas inglesas y belgas), pues las tropas francesas ya se habían movilizado para ese entonces, e impulsadas por la rivalidad que sentía hacia Alemania después de los conflictos generados por la posesión de Alsacia y Lorena, se habían dispuesto a defender su territorio a como dé lugar. Fue así como el 6 de Agosto, se dio la Batalla del Marne, la cual enfrentó a las casi victoriosas tropas francesas contra los soldados alemanes, y terminó tres días más tarde con la retirada del país perteneciente a los Imperios Centrales.


Aunque la Batalla del Marne fue combatida en el Frente Occidental (Francia), aquellos que se encontraban en el Frente Oriental, debieron defenderse y atacar. De este modo, los alemanes enviaron sus tropas de reserva a la frontera con alemana con Rusia, pero no tomaron en cuenta con la ya previa movilización rusa hacia su territorio. Esto les causó irritación y alarme, y les dio una escusa más para combatir a los innumerables rusos.


Fue así, como la extensa armada rusa demostró audacia, pero no técnica de combate, pues, aunque contaba con la ventaja de haber invadido Prusia Oriental (actual Alemania), con lo que no contaba fue con los combates que lidiaría en contra de los austro-húngaros en Lemberg.





















Combates en los que obtendría una notoria victoria, posesionándose de la zona de Galitzia, actual Ucrania. Los rusos habían invadido territorio austríaco, lo que para sus habitantes y mandatarios no fue de mucho agrado, y prosiguieron a comunicar la situación de inmediato al poder central de su alianza, Alemania.




















Más tarde, para Agosto de 1914, paradójicamente, Rusia caería ante Alemania en la Batalla de Tannenberg. En la misma, no sólo perdería alrededor de 140’000 soldados, sino que además, dejaría atrás su orgullo y confianza ganada tras la invasión a Galitzia. Inmediatamente, los soldados experimentarían una recaída y el ejército en sí, se debilitaría.


Como consecuencia, Alemania ganaría “respeto y renombre”, en realidad, se ganaría más odio y miedo. Pero, no a la escala que se habría esperado, pues el resultado de su famoso Plan Schlieffen, no les llegaría ni a los tobillos a las tan anheladas ideas de control y hegemonía de las que supuestamente dicho plan les dotaría.

Sin duda alguna, el cotizado Plan Schlieffen había fracasado, dado que los cálculos alemanes de lograr una avanzada rápida y por lo tanto una victoria decisiva, habían fallado. Aunque la Armada Alemana no había sido derrotada en ningún punto del combate, todas sus esperanzas de participar de una guerra corta habían quedado en el olvido.





1 comentario:

Saritaa lml dijo...

Muy útil e interesante. Muchas gracias!