
miércoles, 8 de abril de 2009
martes, 7 de abril de 2009
Es así como pretendemos respondernos a una pregunta:
¿Pueden los intereses de unos, convertirse en la pesadilla de otros?
Pues, según lo analizado y descubierto en esta investigación, llegamos a determinar que de hecho sí es posible que los intereses de un cierto grupo se tornen en la desgracia de otros. Un claro ejemplo es cómo los gobiernos, llevados por la ambición de poder político constituyeron alianzas pero en el fondo siempre actuaron según su propia conveniencia, y mediante el nacionalismo generaron odio entre las naciones. Por lo que se creó un ambiente de tención social y religiosa, se llegó a la discriminación cultural y racial y más tarde a lo más temido por los vulnerables, una GUERRA MUNDIAL.
Otra situación en la que podemos ver que existió sufrimiento debido al insaciable sentido de superioridad y la búsqueda de poder, es en el caso de las crisis y guerras (ejemplo: la franco-prusiana) por las que la humanidad tuvo que pasar para satisfacer a sus gobernantes y hacerlos controladores de territorios provechosos.
De ningún modo debemos obviar la genialidad que muchos de estos gobernantes demostraron, como es el caso de Otto Von Bismark, un hombre que además de mostrase como un impresionante estratega, es recordado por ser un profundo pensador.
Independientemente de si la Primera Guerra Mundial debió o no ser combatida, es oportuno mencionar que aunque día a día existan cambios, se necesita de un hecho extraordinario para que estos cambios repercutan en la historia de la humana, es así como este evento quedó escrito no sólo en los libros de Historia, sino en los corazones de todos los que vivieron en los años precedentes y posteriores a la recordada Gran Guerra.
Y aunque queramos defender o atacar el hecho de que aproximadamente 10 millones de personas murieron, 19 millones quedaron heridas y 34 millones terminaron mutiladas en esta guerra, no somos quienes para juzgar, pues además de que no vivimos esos momentos de horror, no pertenecemos a ningún país que haya participado y hacer un juicio de si se justifica o no, sería un acto deshonesto.
Creemos que es momento de cambiar nuestra concepción del poder como lo que debe reinar en nuestras prioridades, para así formar nuestra mentalidad de una forma modernista y humana, más no injusta y egoísta.
Como dijo Otto von Bismarck:
LA POLÍTICA NO ES UNA CIENCIA, ES UN ARTE.
Así que, tomemos en cuenta que el arte no es exacta, sino hermosa y humana, para así, comprender que la política la hacemos nosotros. Debe ser ahora cuando aprendamos a exigir justicia, paz y sobre todo, libertad, que es el pilar de un mundo desarrollado y equilibrado.
Les dejamos un video que esperamos les haga reflexionar acerca de lo que hicieron nuestros antepasados y lo que podemos cambiar ahora y mejorar en el futuro.
lunes, 6 de abril de 2009
La Guerra Relámpago, o Guerra de Movimientos.
De este modo, el 3 de agosto de 1914, Alemania declaró la guerra a Francia debido a que los franceses se negaban a permanecer neutrales. Fue allí cuando comenzó la llamada Guerra Relámpago, la misma que no cumplió con su objetivo, pues esta fue todo menos “rápida cual relámpago” dado que no terminaría hasta finales del año de 1918.
También llamada la Guerra de Movimientos, esta se caracterizó por precisamente lo que su nombre indica, esta comprendió la movilización de diversas tropas, tanto pertenecientes a los Aliados, como a los Imperios Centrales. Esta se dividió en dos extensas zonas de combate, ambas fronterizas con Alemania. Al oriente, se estableció el frente oriental, el mismo que contraponía a Rusia con Alemania y con Austria-Hungría. Mientras que al occidente se abrió el frente occidental, el cual enfrentaba a Francia y Gran Bretaña con los germanos.
Esto significó tres cosas, la primera, la creación de un completo panorama de violencia y enemistad, pues Alemania se vio rodeada de enemigos. La segunda, la proclamación de Alemania como el contrincante de las grandes potencias europeas, Rusia, Gran Bretaña y Francia, es decir, la Triple Entente. Pero la tercera, sería la que cambiaría la historia, pues esta comprendería el poner en acción el Plan Schlieffen.

Pero, ¿En qué consistía el Plan Schlieffen? Este movimiento estratégico, ideado en 1905 por el general alemán Alfred Von Schlieffen, consistía en trasladar sus tropas hasta París, ya que al ser la capital de Francia, albergaría el poder político y sería la emisora de órdenes. Planteaba la posibilidad de cumplir con este objetivo, atravesando Holanda y luego Bélgica para invadir a Francia por el Norte.
Sin embargo, al dejar el mando del ejército un año más tarde, Von Schlieffen fue sustituido por Helmuth von Moltke, quien propuso atravesar Bélgica directamente sin entrar en Holanda, teniendo en cuenta que era un país neutral que no se negaría a dejar pasar a las tropas. Así, los soldados eficientes (el 90% de las tropas) avanzarían desde el norte hasta el frente occidental y los restantes llamados “reservas” se dirigirían hacia el frente oriental para combatir con los rusos. Pues sería conveniente derrotar rápidamente a los franceses para después de poco tiempo dirigir tanto a los soldados experimentados como al 10% de “reservas” hacia Rusia y así poder derrotar al extenso pero inexperto ejército ruso.
Al llegar a Bélgica, las tropas germanas fueron sorprendidas ante la resistencia presentada por este país neutral. No obstante, Alemania ignoró la oposición y continuó con su plan inicial. Bélgica, al encontrarse invadida por los alemanes, fue ayudada por los ingleses y sus Fuerzas Expedicionarias. Llevando a que Gran Bretaña declare oficialmente la guerra a Alemania. De este modo, al defender a Bélgica y no permitir el paso de los germanos, previene una posible invasión alemana al territorio inglés, a través de Francia. Además, muestra cualidades dignas de un aliado fiel, el defender, apoyar y pelear por sus partidarios (en este caso evitando el ingreso a Francia). Como resultado, revive la enemistad que siente hacia Alemania después de que esta casi le arrebatara su título de Gran Potencia Económica.
Paradójicamente, aunque el reconocido Plan Schlieffen parecía estar funcionando, los alemanes se vieron en aprietos al llegar a Francia (después de burlar a las tropas inglesas y belgas), pues las tropas francesas ya se habían movilizado para ese entonces, e impulsadas por la rivalidad que sentía hacia Alemania después de los conflictos generados por la posesión de Alsacia y Lorena, se habían dispuesto a defender su territorio a como dé lugar. Fue así como el 6 de Agosto, se dio la Batalla del Marne, la cual enfrentó a las casi victoriosas tropas francesas contra los soldados alemanes, y terminó tres días más tarde con la retirada del país perteneciente a los Imperios Centrales.
Aunque la Batalla del Marne fue combatida en el Frente Occidental (Francia), aquellos que se encontraban en el Frente Oriental, debieron defenderse y atacar. De este modo, los alemanes enviaron sus tropas de reserva a la frontera con alemana con Rusia, pero no tomaron en cuenta con la ya previa movilización rusa hacia su territorio. Esto les causó irritación y alarme, y les dio una escusa más para combatir a los innumerables rusos.
Fue así, como la extensa armada rusa demostró audacia, pero no técnica de combate, pues, aunque contaba con la ventaja de haber invadido Prusia Oriental (actual Alemania), con lo que no contaba fue con los combates que lidiaría en contra de los austro-húngaros en Lemberg.
Combates en los que obtendría una notoria victoria, posesionándose de la zona de Galitzia, actual Ucrania. Los rusos habían invadido territorio austríaco, lo que para sus habitantes y mandatarios no fue de mucho agrado, y prosiguieron a comunicar la situación de inmediato al poder central de su alianza, Alemania.
Más tarde, para Agosto de 1914, paradójicamente, Rusia caería ante Alemania en la Batalla de Tannenberg. En la misma, no sólo perdería alrededor de 140’000 soldados, sino que además, dejaría atrás su orgullo y confianza ganada tras la invasión a Galitzia. Inmediatamente, los soldados experimentarían una recaída y el ejército en sí, se debilitaría.
Como consecuencia, Alemania ganaría “respeto y renombre”, en realidad, se ganaría más odio y miedo. Pero, no a la escala que se habría esperado, pues el resultado de su famoso Plan Schlieffen, no les llegaría ni a los tobillos a las tan anheladas ideas de control y hegemonía de las que supuestamente dicho plan les dotaría. Sin duda alguna, el cotizado Plan Schlieffen había fracasado, dado que los cálculos alemanes de lograr una avanzada rápida y por lo tanto una victoria decisiva, habían fallado. Aunque la Armada Alemana no había sido derrotada en ningún punto del combate, todas sus esperanzas de participar de una guerra corta habían quedado en el olvido.
domingo, 5 de abril de 2009
Guerra de Trincheras
Según el sitio web The Free Dictionary, se define a las trincheras como
“Zanja excavada en la tierra donde se meten los soldados de un ejército para protegerse de los disparos del enemigo y poder disparar al mismo tiempo desde ella.” Aunque este concepto nos dé la idea de que son una buena estrategia de defensa y ataque, no es así como los soldados las recordaron después de esta guerra.
También llamada la Guerra de Trincheras, esta comenzó en 1915 y permaneció vigente hasta el año siguiente. Se la toma en cuenta como producto de la igualdad de fuerzas que condujo a un estancamiento en los dos frentes: el occidental y el oriental. El estancamiento se produjo cuando el ejército alemán logró entrar a Francia, el comandante Joseph Joffre ordenó a sus tropas atravesar por el bosque de Las Ardenas para tratar de detener el avance.
De este modo, se construyeron trincheras en la frontera de Rusia con Alemania, Austria-Hungría, y Rumania y por el otro lado, en la frontera de Alemania con Suiza y Bélgica. En las mismas donde los soldados deberían combatir, alimentarse, dormir, “asearse” y atacar al enemigo.
Pero no sería tan fácil como parece, pues las condiciones de vida disponibles para los soldados serían deplorables. La insalub

La destrucción de campos y otros territorios no era vista como tal, sino como una consecuencia más de “estar peleando por la propia nación, su orgullo y su nombre". La utilización de nuevos métodos y herramientas bélicas de combate como el gas y el lanzallamas, empleados por los alemanes, demostraron el ingenio presentado a la hora de inventar un arma que liquidase al enemigo. Los bombardeos constantes y el alto riesgo de muerte atemorizaban a quienquiera que participara de esta cruel batalla. Los persistentes colapsos mentales (nerviosos) por parte de los soldados, generados por una moral colectiva que se encontraba en el piso, dejaban atrás cualquier rastro de esperanza, no de llevarse la victoria, sino de acabar con la guerra.
Como si fuera poco, Rusia atravesaba una dramática crisis interna debido al deplorable abastecimiento con que contaba y a los alarmantes números de combatientes muertos, que superaban el millón y medio. Esta crisis, seria la que más tarde llegara a su “clímax” y daría paso a la conocida Revolución Rusa. Contradictoriamente, Rusia había obtenido resultados favorables en la batalla llevada a cabo en Galitzia, pero las cifras de pérdidas no mostraban lo mismo, es más, afirmaban el poder y control militar que Alemania había y habría de seguir empeñando en mostrar.
Trinchera Oriental (rusos)
Precisamente, cuando parecía que no había más remedio que pelear, surgieron la Batalla del Verdún y la de Somme. En estas, murieron millones de soldados, (350.000 franceses, 330.000 alemanes), tanto pertenecientes a las tropas de la Triple Alianza, como a los defensores de la Triple Entente.
Tanto los franceses e ingleses, como los alemanes, sufrieron desmesuradas bajas, no sólo pérdidas humanas, sino, pérdida de la autoestima, de cualquier esperanza, y quizá lo más significativo, la pérdida de la razón por la que luchar. El orgullo no era lo que impulsaba cada día a que los soldados estuviesen dispuestos a arriesgar su vida, sino todo lo contrario, el instinto de sobrevivencia era aquello que les hacía “despertar” (muy pocas veces las horas de sueño eran alcanzadas) cada mañana y no arriesgar, sino defender su propia vida ante los despiadados bombardeos del enemigo.
Cadáveres franceses

Pero estos bombardeos no serian sólo a nivel terrestre, pues entrado el año de 1916, Gran Bretaña tuvo que soportar una de las batallas navales más salvajes conocidas a nivel marítimo. La Batalla de Jutlandia. Esta batalla, denominada la segunda más devastadora de la historia, tuvo lugar en el Mar del Norte en el medio de Dinamarca y Gran Bretaña, y aunque presentó un fuerte manejo técnico por parte de los británicos, al llevar a la batalla de submarinos, los alemanes mostraron su capacidad tecnológica y estratégica.

Si tratásemos de identificar al vencedor de esta guerra, nos encontraríamos caminando en círculos, pues desde un principio lo único que se llevó la victoria fue el poder y la ambición, lo que más tarde llevaría a la desesperación y el miedo. Ningún bando tuvo en sí una mejor situación que el otro, pues tanto quienes pertenecían a la Triple Alianza, como quienes componían la Triple Entente, sufrieron anímica y físicamente. El cansancio estuvo presente, y el agotamiento moral fue devastador, mientras que el estancamiento que comprendió para el desarrollo de la guerra fue crucial para que las crisis internas de cada nación se vieran intensificadas.
sábado, 4 de abril de 2009
Crisis de 1917


Gran Bretaña,


Rusia, quizá quién mostraba la crisis más aguda, presentaba inconformidad de la población campesina y trabajadora. Los mismos que deseaban que se diera fin a la guerra mientras que el gobierno insistía en continuarla. Pero, al no rendirse, estalló la Revolución Rusa.
viernes, 3 de abril de 2009
Crisis de 1917

Al seguir llevando un modo de producción en ciertos aspectos “Feudal”, (los campesinos trabajaban para los dueños de la tierra), las industrias eran muy escasas y la burguesía industrial no había aparecido aún como un grupo de fuerza económica. Aunque estuviese muy adentrada la era del capitalismo, pues era ya el siglo XX, Rusia no mostraba ningún cambio significativo, y su estanques era vergonzosa.
Fue así, como el pueblo se reveló, y comenzó la denominada Revolución de Febrero, en Petrogrado, actual San Petersburgo. Tras vivir en la miseria, sin abastecimiento de alimento ni materia prima que transformar y así trabajar, los trabajadores, cansados de la explotación laboral (14 a 18 horas diarias) salieron en marchas y huelgas para expresar su descontento.
Este atraso le costaría caro a Rusia, pues el gobierno monárquico del Zar (o Rey, en ruso) Nicolás II , que estaba a favor de continuar participando en la Gran Guerra, se vio forzado a abdicar al trono. Los constantes conflictos políticos y sociales que estaban marcando un camino de pobreza y falencias económicas no estaban bien vistos por la población, y este líder, perteneciente a la dinastía Romanov, decidió dejar su lugar para que un Gobierno Provisional lo ocupase. Fue el momento en que los soviets comenzaron a actuar.
Kerensky y Lvov, quienes ahora estarían a cargo de Rusia, seguirían impulsando la idea de seguir en combate, pero sin el apoyo de los seguidores liberales, los mismos que ahora eran millones. En consecuencia, los combates ya no serían lidiados sólo entre rusos y alemanes y/o austro-húngaros sino entre rusos y sus propios compatriotas. El gobierno tuvo que unir fuerzas para evitar el caos interno, y la policía se alió a los cosacos para mantener el control.
Fue así como ocho meses después, en Octubre, Lenin subió al poder y se derrocó definitivamente al régimen zarista. Los soviets, bajo el mando de Lenin y Trotsky, se inclinaron hacia la ideología bolchevique, que se basaba en el marxismo.
“En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, en relaciones de producción que corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones constituye la estructura económica de la sociedad, o sea, la base real sobre la cual se alza una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden formas determinadas de la conciencia social. En general, el modo de producción de la vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia. “
Es así como vemos que para él, este significó la organización de producción de acuerdo tanto a las condiciones materialistas con las que se cuenta, como con el grado de desarrollo de fuerzas productivas que hacen un cierto trabajo. Entonces, es preciso definir, quiénes eran las fuerzas de trabajo en Rusia y quien las controlaba.
Un año más tarde, el 3 de Marzo, se firmaría el Tratado de Brest-Litovsk, tras enfrentamientos entre el Ejército Rojo (Liderado por Lenin- conformado por los bolcheviques) y el Ejército Blanco o mayormente zarista. En este acuerdo, se firmaría la salida oficial de Rusia de la Primera Guerra Mundial, y se accedería a algunas condiciones no tan favorables para Rusia.
Los participantes serían Bélgica, Austria-Hungría, Alemania y por supuesto, Rusia. La misma que perdería gran parte de su territorio, a cambio de acabar con el sufrimiento y desesperación de su gente. De esta forma, perdió la custodia de Estonia, Finlandia, Lituania, Polonia, Ucrania, entre otros.
Pero más tarde, gracias al armisticio firmado en 1918, todo aquello que Alemania poseía que había pertenecido a Rusia, se le fue retirado. Pues, todo aquello acordado en el Tratado de Brest-Litovsk (Ciudad polaca) sería anulado.
Entrega del Tratado Brest-Litovsk
jueves, 2 de abril de 2009
Entrada de Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial

En el año de 1914 casi todos los americanos se mostraban favorables ante la idea de permanecer neutrales. Años después, Alemania comenzó a ser vista como una amenaza internacional, y la situación se agravó cuando la guerra submarina empezó a contrarrestar los intereses americanos. Por lo que, a medida que avanzaba el conflicto, la neutralidad americana iba disminuyendo.
Es vital hacer mención al detonante de la ruptura de relaciones entre E.E.U.U. y Alemania, que fue el descubrimiento del Telegrama de Zimmerman. En este comunicado alemán a la nación de México, se expresaba explícitamente el complot preparado en contra de USA, en el mismo que se planeaba dar comienzo sin restricciones a la guerra de submarinos y se pedía el apoyo mexicano a cambio de importantes anexiones territoriales.
La política de neutralidad estadounidense quedó modificada cuando Alemania anunció en enero de 1917 que a partir del 1 de febrero recurriría a la guerra submarina sin restricciones contra la flota británica y todas las embarcaciones que se dirigieran a esta nación. Estados Unidos ya había expresado su oposición a la guerra submarina sin restricciones porque violaba sus derechos como potencia neutral, e incluso había amenazado a Alemania con la ruptura de relaciones diplomáticas si se llegaba a aplicar esta estrategia. El 3 de febrero, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Alemania. Fue allí cuando tres días después Estados Unidos declaró la guerra a Alemania.
El torpedeo por parte de un submarino de la flota alemana contra el barco Lusitania, donde viajaban 123 estadounidenses, provocó una viva reacción en Estados Unidos, que se preparó para entrar oficialmente en guerra del lado de los aliados. Pero debía sortear primero un gran problema: el reclutar soldados de forma masiva, pues su ejército era muy escaso.
Utilizó muchas estrategias para conseguir la cantidad necesaria para presentarse en los frentes europeos, de este modo, recurrió a una intensa campaña de propaganda, de manera que no sólo los hombres se presentasen en la armada, sino que sus esposas los apoyasen y que los niños vieran el ir a pelear por su nación como un acto de valor y respeto, más no de violencia e incertidumbre.
Este problema de escaces militar, se vio arreglado cuando Estados Unidos se unió a sus más próximos aliados, Rusia, Gran Bretaña y Francia.
Aunque Woondrow Wilson, el presidente norteamericano, intentó de innumerables formas, mantener la neutralidad y estar en un estado de serenidad, al enterarse tanto de lo ocurrido con el Buque Lusitania y el Telegrama Zimmerman, su paciencia se agotó y tomó la decisión de defender el nombre de su nación.
Además, la opinión pública comenzó a ejercer presión en el punto de vista "pacifista" del líder del estado, y declaró que sería inmoral el no entrar a la guerra y dejar en alto el orgullo de E.E.U.U.